Oraciones a María

El Rosario

El Rosario consta de veinte décadas. Cada década se centra en un misterio particular en la vida de Cristo, María y la Iglesia. Es costumbre decir cinco décadas a la vez, mientras se medita sobre un conjunto de misterios.

Comienza el Rosario con el Credo de los Apóstoles seguido del Padre Nuestro, tres Avemarías y el Gloria. Entonces entra en el primer Misterio. Con cada decena, comienza en la cuenta grande con el Padre Nuestro. Reza diez Avemarías. Termina con el Gloria. Haz una pausa por un momento antes de pasar a la siguiente década.

Mientras oras cada década, medita en el fondo de tu mente sobre estos misterios y permite que el Espíritu Santo te guíe hacia una comprensión más profunda de tu fe.

Misterios Gozosos

  • La Anunciación
  • La Visitación de Nuesta Señora
  • El Nacimiento de Jesús
  • La Presentación de Jesús
  • El Niño Jesús perdido en el Templo

Misterios Dolorosos

  • La oración en el huerto
  • La flagelación del Señor atado a una columna
  • La coronación de espinas
  • La Cruz a cuestas
  • La crucifixión y muerte de Jesús

Misterios Luminosos

  • El Bautismo del Señor en el Jordán
  • Las bodas de Caná
  • El anuncio del Reino de Dios
  • La Transfiguración
  • La institución de la Eucaristía

Misterios Gloriosos

  • La Resurrección del Señor
  • La Ascensión del Señor
  • La venida del Espíritu Santo (Pentecostés)
  • La Asunción de la Virgen María al cielo
  • La Coronación de la Virgen como Reina y Señora de todo lo creado

Otras Oraciones

El Ave María

Para los católicos, orar con María siempre ha sido parte de nuestra tradición y cada niño debe saber esta oración de memoria. Claro que toda devoción a María conduce, al final, al Señor, pero ella es nuestro modelo y nuestra guía.

Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Memorare /Acuérdate

Y también esta oración tradicional.

Acuérdate, ¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio, haya sido abandonado de Ti.
Animado con esta confianza, a Ti también yo acudo, y me atrevo a implorarte a pesar del peso de mis pecados.
¡Oh Madre del Verbo!, no desatiendas mis súplicas, antes bien acógelas benignamente. Amén.

Salve Regina

Esta hermosa oración católica tradicional le ofrece a María un lugar especial en nuestros corazones. Se presenta aquí en su forma tradicional.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

El Ángelus

Tradicionalmente rezada al mediodía, esta oración se puede recitar en común de forma individual. Se presenta aquí en su forma de verso original.

El Ángel del Señor anunció a María.

R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. (Ave María...)

He aquí la esclava del Señor.

R. Hágase en mí según tu palabra. (Ave María...)

Y el Verbo se hizo carne.

R. Y habitó entre nosotros. (Ave María...)

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Derrama, Señor, tu gracia sobre nuestros corazones y concede a quienes hemos conocido por
el anuncio del Ángel de la Encarnación de tu Hijo, que por su Pasión y su Cruz alcancemos la gloria de la Resurrección.
Por el Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.