Tres principios para ayudar a tus hijos a crecer como católicos
1. Hacer de los domingos y días de fiesta ocasiones especiales
- Ve a Misa y llévalos a todos contigo. Haz de esto un hábito de vida semanal porque es lo más importante que puedes hacer para que tus hijos crezcan como católicos. Si no puedes ir todas las semanas, no te castigues a ti mismo. Ve lo más que puedas, según tus propias circunstancias. Pero haz de esto un “tiempo especial” para todos en el hogar.
- Compartan comidas especiales – arrelgla todo un poco y pon la mesa bonita – cocinen juntos y hagan de esto algo habitual. No hay nada que los niños recuerden más que comidas compartidas.
- Visiten familiares o amigos.
- Invita a amigos o familiares a tu casa para compartir una comida.
- Dense regalos entre sí. Coloca notas cariñosas en las almohadas o en las loncheras, y asegúrete de que los domingos y los días de fiesta sean especiales.
2. Trae a tu hogar símbolos y prácticas que representen tu fe
Incorpóralos "a lo natural" del diario vivir en tu hogar.
- Siempre ora antes de cenar. Para oraciones para antes de las comidas, busca aquí.
- Pasa tiempo haciendo charlas de reflexión con cada miembro de tu familia o con la familia entera – como se describió anteriormente.
- Haz del Adviento y de la Pascua épocas especiales. Añade elementos a la vida del hogar para que estas temporadas sean “sagradas” en tu hogar.
- Trae agua bendita a tu casa y úsala para bendecirse unos a otros antes de dormir, antes de un evento importante, o en cualquier otro momento adecuado.
- Dale a cada niño una Biblia personal – ¡pero no tan elaborada que nunca la usen! Haz de esto parte de tu formación de fe. Cuando pequeños, dales una Biblia para niños, y cuando crezcan, dales una versión para adultos. Para sugerencias de cómo encontrar buenas Biblia, favor de ver aquí.
- Gradualmente añade una “charla de fe” a la vida del hogar.
- Elogia a tus hijos cuando hacen bien y cuando son cariñosos.
- Reafirma a tus hijos cuando fallen o cuando sean egoístas.
3. Te están observando. Se un modelo.
- Lo que tú hagas, ellos lo harán.
- No los hagas sentir incómodos empujándoles unas prácticas religiosas con las cuales no están familiarizados, o por las cuales no hayan preguntado de maner natural.
- Si puedes, separa un tiempo para compartir con ellos todos los días.
- Tú estás ocupado; un trabajo (¡quizás dos!), un hogar que mantener, comida que comprar, basura que sacar, actividades de los niños a las cuales tienes que asistir, responsabilidades familiares para con tus padres ya mayores o amigos o familia que estén enfermos - pero dentro todo esto, tu le enseñarás a tus hijos acerca de la vida cuando mantienes la fe como un elemento clave. Tú también te sentirás más feliz y también más tranquilo porque la Gracia de Dios nos lleva a ser completos, reales y amorosos.